Preparando la comida en la cocina

Seis noches por semana la cocina comunitaria de Alexandreia cocina alrededor de 200 platos sirios calientes y saludables para los refugiados del campo que pueden comérselos tanto en el comedor como en sus casetas. Lo mejor de todo es que las comidas se planean y se preparan de forma conjunta entre los refugiados y Refugee Support. Ver la cocina funcionando hace que merezca la pena el gran esfuerzo para conseguirla.

20160527_170002_resizedCuando llegamos en abril, era una cocina en ruinas que no se había usado desde hacía 20 años, pero que claramente tenía mucho potencial.

img_2302-4La gente se quejaba, con razón, de la calidad de la comida que les daba una empresa de catering externa.

20160527_165941_resizedQueríamos ponerla en marcha pronto y nuestro albañil local Manos empezó inmediatamente con las obras: se renovaron las baldosas, se renovó el sistema eléctrico y se instalaron luces, se instaló un extractor y se reemplazaron las ventanas rotas por unas de doble cristal. Para evitar plagas, instalamos dos puertas nuevas y reformamos una de las paredes con más ventanas.

img_3302No había agua corriente, por lo que tuvimos que instalar tuberías nuevas desde otra parte del campo y el sistema de desagües tuvo que ser mejorado.

kitchen-potsPara hacer llegar el gas a los cuatro fogones, tuvimos que construir un almacén seguro. Pedimos permiso a las autoridades para realizar una instalación con un tanque subterráneo, lo que significó un montón de negociaciones antes de que aceptaran instalar una jaula de seguridad a ras del suelo con capacidad para 6 botellas grandes de gas (una opción más barata y viable). Pero, como condición, también tuvimos que construir dos muros alrededor del área.

En octubre, un donante comprometido con el proyecto nos dejó y tuvimos que buscar la manera de recaudar 18.000 € de los 24.000 € que ya habíamos gastado. ¡Gracias a nuestros fieles donantes que se involucraron!

kitchen-stuffHemos reclutado a Sue, una gerente de catering experimentada para que dirija la cocina con la idea de poder abrir en noviembre.

Lo tiene todo preparado, incluidos los utensilios (gracias a donate4refugees por financiar esto). También hemos comprado ollas (que han costado la enorme cantidad de 1.800 €).

Cuando creíamos que estabamos listos, nos pilló la burocracia griega. Se necesitaba un certificado de seguridad contra incendios y el inspector pidió más obras incluido un sistema de aspersores. Más negociaciones, más dinero, más tiempo. Tanto tiempo que Sue, que llevaba 6 semanas esperando, tuvo que volver a Francia (afortunadamente no desaprovechó ese tiempo, sino que se convirtió en una de nuestras voluntarias estrella).

15698237_1733536943632443_7020215199112479815_nPor suerte, la chef australiana Jess llegó justo antes de Navidad y formó un equipo con el residente Faris para cocinar la comida inaugural del 25 de Diciembre.

Fue un suceso extraordinario y los dos, junto con la ayuda de otros voluntarios y refugiados cocinaron fantásticas comidas 6 días por semana. La comida de Navidad fue especial, pero el coste actual por persona y comida es de 80 céntimos.

15875412_1739740443012093_1260648355075175121_oDos semanas después de empezar el proyecto, recibimos al chef para el próximo mes, Pedro, e hicimos algunos cambios a raíz de algunas críticas constructivas:

– Hemos cambiado la hora de servir la comida de las 7pm a las 5pm, la preferida en el campo.
– Hemos comprado tuppers herméticos para cada persona del campo ya que preferían comer en sus propias casetas.
– Hemos sumado la compra de comida para la tienda a la de la cocina de forma que hacemos el mejor uso posible de las donaciones.
– Hemos involucrado a más gente del campo en la preparación de las comidas en la cocina.

Seguimos escuchando las recomendaciones de los residentes con respecto a qué cocinar, cómo servir y de qué manera todo el mundo se puede involucrar.

Se necesita un presupuesto alto y mucha paciencia, pero para nosotros ver a la gente cocinar junta y ver a la gente del campo recibiendo buena comida hace que este sea uno de los mejores proyectos que hemos llevado a cabo.

No podríamos haberlo hecho sin Manos y su equipo, Sue, Jess, Pedro, todos nuestros voluntarios, los residentes y lo más importante: todos los que habéis donado proporcionando también más dignidad, más capacidad de elección y más normalidad a las vidas de los refugiados de Alexandreia.

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